CURSO SOBRE LA HISTORIA DE TANDIL: MIRAR HACIA ATRÁS PARA CONSTRUIR FUTURO
“Soy politóloga. Llegué a esta ciudad en pandemia y me quedé, trabajando de manera remota para una organización internacional”, cuenta Lucrecia. “Yo ama de casa, nacida y criada en Villa Italia”, se suma Marta. Ambas son las primeras en presentarse en una ronda de unas treinta personas con actividades y recorridos que no hacen imaginar nada en común, aunque todas coinciden en un deseo: conocer más la historia de Tandil, el lugar amado.
Así fue el comienzo del curso que dictó en la librería Alfa el escritor, periodista y militante de la cultura lugareña Néstor Dipaola, quien entusiasmó a vecinos y vecinas en conocer más el pasado gestado por los pobladores originarios, los pujantes inmigrantes, los idealistas que imaginaron este pueblo con las luces surgidas desde de la Universidad y los innumerables festejos que ocasionaron los deportistas tandilenses.
Las clases fueron un viaje de ida y vuelta por los procesos sociales, culturales, políticos y deportivos del pueblo al que el año que viene todos le soplaran las doscientas velitas, aunque al profesor esto le haga ruido. “Lo que se celebrará en todo caso son los dos siglos de la creación del Fuerte, porque el vocablo Tandil viene de mucho más atrás. La historia de este lugar en el mundo tiene muchos más años, si se miran las cosas de otra manera, lo que lo hace aún más especial”, cuenta Dipaola con pasión y eso genera que sus estudiantes lo sigan y quieran fortalecer la tarea de recordar: en los próximos días van a presentar ante las autoridades comunales un pedido formal para que, como parte de los festejos por el Bicentenario, se coloquen carteles que indiquen espacios emblemáticos, como la primera casa de dos plantas construida por el danés Juan Fugl.
Como dice la canción de Gieco, todo está guardado en la memoria: los viejos amores que no están; la ilusión de los que perdieron; todas las promesas que se van… Todo está flotando en el mar de la nostalgia. Y es mejor si a eso se lo vuelve a analizar, si se lo vuelve a escribir, si se lo vuelve a estudiar. Porque no se ama lo que no se conoce y es más fácil construir futuro teniendo plena conciencia del esfuerzo y la creatividad del pasado, eso que, como una sombra, aunque a veces no nos demos cuenta, nunca dejará de perseguirnos.