Tandil

Discurso 197 Aniversario de la Ciudad de Tandil

Queridas vecinas y vecinos:

Esta mañana no estamos como dicta la tradición en la cima del Parque Independencia, al pie del monumento al fundador, celebrando un nuevo aniversario de la creación de nuestra ciudad.

Estamos en esta casa, el Palacio Municipal, que es la casa de todos. Siento que desde aquí, en este despacho que habito como tantos otros intendentes a lo largo de la historia, no les estoy hablando a todos ustedes sino a cada uno de ustedes. Y lo hago desde la razón y desde el corazón. Nos toca este 4 de abril en una circunstancia excepcional, compleja, angustiante e inédita.

Este hecho sin antecedentes, grave y extremo, nos pone a prueba como sociedad, como pueblo, como comunidad, como familia social. Y también –pues presumo que esto está ocurriendo en el interior de todos y cada uno de nosotros- nos está sirviendo como enseñanza, lección que finalmente cobrará toda su forma cuando el coronavirus sea parte de nuestro pasado.

Esta pandemia global que ha cruzado temerariamente la vida de todos llegó a tres años del bicentenario de Tandil. Es una fecha anhelada por la que venimos trabajando desde hace tiempo, y que hoy aparece tan cerca y tan lejos. Antes que el bicentenario, entonces, está el aquí y el ahora. Por primera vez una pandemia atroz ha unido lo urgente con lo importante. Frenar la pandemia, cuidar la salud de nuestros vecinos, trabajar día y noche para que no colapse nuestro sistema de salud, une en una misma idea-fuerza lo urgente con lo importante.

Y en un mismo plano está para nosotros el de atender, como lo venimos haciendo, las demandas sociales más imperiosas de los sectores más vulnerables de la ciudad. Porque Tandil es un modelo de ciudad solidaria. Su historia se hizo con la energía mancomunada de los sectores privados y públicos: hay patriadas históricas que así lo demuestran, por ejemplo nuestra Usina Popular y Municipal; por ejemplo, nuestra Universidad Nacional del Centro. Con ese mismo espíritu que cifra la voluntad de acción de las vecindades activas, que es nuestra ideología de base, las que nos une a todos reduciendo cualquier grieta a su mínima expresión, estamos dando la batalla desde lo público y lo privado, con gestión, con donaciones, con compromiso social, con la valentía de todos los hombres y mujeres de nuestro sistema de salud, de las organizaciones intermedias, de las fuerzas de seguridad, de bomberos, de voluntarios que se  han puesto al hombro la responsabilidad social de ser parte vital de una comunidad. Con todos ellos estamos dando la pelea.

Las vecindades activas hicieron esta ciudad. Y su legado está a la vista: son las vecindades activas nuestro mejor anticuerpo contra la pandemia. Es la reserva moral de una comunidad que no baja la guardia, que cumple responsablemente con lo que tiene que hacer, quedarse en casa para evitar el contagio, cuidarse uno para cuidar a todos.

A lo largo de la historia hemos sufrido pérdidas y tragedias, pero nunca una amenaza tan devastadora que nos obliga concretamente a cerrar la ciudad y a cerrar nuestras vidas, con todo lo que ella implica. Mi posición sigue siendo la que tomé desde el primer minuto: Primero la vida, después la vida y después la vida. Todo el resto puede arreglarse y de hecho va a arreglarse. Y eso también lo haremos entre todos.

Ahora es el momento de la primera batalla, la que estamos dando para evitar el contagio, la más importante, y yo sinceramente me conmuevo con la actitud de más del 90% de los vecinos, de preservarse y preservar la vida de los otros, para seguir siendo esa ciudad que hace 197 soñó el brigadier general Martín Rodríguez al momento de fundarla.

Esta pandemia ha puesto a prueba de qué materia estamos hecho los tandilenses. Estamos hechos de empatía, de voluntad de lucha, de espíritu emprendedor, de solidaridad con los que menos tienen, y de responsabilidad social y ciudadana. Estamos hechos con el pasado admirable de nuestros pioneros, con la incertidumbre del presente que nos pone a prueba como individuos y como sociedad y con el futuro, que será el tiempo de nuestros hijos y de los vecinos del porvenir.

Como médico, como intendente y como vecino, soy un optimista de nacimiento. Seamos optimistas con realismo. Esta batalla se gana desde cada una de nuestras casas y será por el bien de esta casa de todos, nuestro querido Tandil que hoy cumple 197 años de vida. Las saludo a todas y a todos los tandilenses con una cita del filósofo José Ingenieros, que es como un canto a la fortaleza tan necesaria para los momentos difíciles: “A los hombres fuertes les pasa lo que a los barriletes: se elevan cuando es mayor el viento que se opone a su ascenso”.

Muchas gracias.





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