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Ganadores del concurso fotográfico «Estar bien Estar»

Se conocieron los ganadores del concurso fotográfico “Estar bien Estar”

El Primer Concurso Regional de Fotografía “Estar bien Estar”, organizado por Diagnóstico Médico de Martino y el Espacio de Arte “Nido”, ya tiene sus ganadores: Federico Filip obtuvo el primer premio (15 mil pesos) con su obra “Emi en dona” y Guadalupe Comesaña, el segundo (10 mil pesos), con “Amar para toda la vida”.
El jurado, integrado por Martín González, Luciana Martínez y Paula de Martino, además, seleccionaron cuatro menciones y éstas fueron para Gloria Aguiñaga (“Un ademán de Sol”), Julio César Fontana (“Bochófilo”), Juan Nieddu (obra sin título) y Gonzalo Celasco (“Crecer juntos”). Se recibieron más de 200 imágenes y quedaron seleccionadas 31 que a partir del 14 de marzo serán expuestas en los edificios de los consultorios médicos, en España 82 y España 73.
El fotógrafo profesional Martín González, quien integró el jurado, explicó que la convocatoria del concurso había tenido una temática bien concreta: el bienestar como actitud frente a la vida, más allá de las cuestiones médicas.
“A partir de esa premisa, se revisó el total de imágenes que llegaron -que fue muy importante- y se vio, en primer lugar, qué imágenes cumplían con esa premisa”, explicó González. “Nos concentramos en descubrir ese bienestar, como actitud de vida, en las fotos y así realizamos la primera selección”.
En la segunda etapa de la evaluación, el jurado sopesó los valores estéticos y discursivos de las imágenes y así calificó no solo lo que se estaba diciendo fotográficamente sino la forma en que se lo estaba haciendo.
“Y luego se hizo una selección más exigente buscando lo mismo: el discurso y los elementos estéticos. Así se llegó a una selección de seis imágenes”, explicó el fotógrafo.
“Dentro de esas seis, dos imágenes fueron las premiadas, con el primer y segundo premio, y cuatro quedaron bajo la nominación de mención especial del jurado. La mención indica que esas fotos cumplen claramente con las premisas y los valores estéticos. Por otro lado, las dos imágenes premiadas son, a nuestro criterio, las más fuertes y poderosas; las más robustas en términos de mensaje y valores”, añadió.
Ya en tren de explicar qué vieron en las dos imágenes ganadoras, detalló que “en ambas uno puede ver claramente el mensaje en términos visuales, la actitud del bienestar, pero también tienen un montón de atributos fotográficos, desde el ángulo de la toma y las tonalidades hasta los objetos y elementos que se pueden ver en la fotografía, eso que en el lenguaje fotográfico se llama la morfología y en la práctica permite descifrar un discurso. Se trata de algo que, muchas veces, se encuentra en forma intuitiva pero que a medida que la gente se forma empieza a buscarlo intencionadamente”.
Para González, las dos fotos premiadas son “hermosas y bellas pero claramente, por sus elementos, te llevan a concluir que uno esta viendo ahí el bienestar, al punto que por eso mismo llegan a conmover por la forma en la que lo expresan”.
Ese estado anímico y esa emoción que provocan las imágenes son los elementos que finalmente primaron en la selección final.
“En las dos imágenes premiadas está registrado el fenómeno del bienestar como actitud de vida pero es interesante porque en una (primer premio) se ve esta actitud en una niña y en la otra (segundo premio) en una pareja de gente mayor. Es interesante porque las situaciones son totalmente distintas pero las personas están transmitiendo una actitud de disfrute para con la vida”.
Finalmente, destacó que otra diferencia interesante entre el primer y el segundo premio es que “el primer premio es una fotografía elaborada donde se ve que la persona que la hizo está en el ámbito de la fotografía porque hay factores que están súper cuidados, mientras que el segundo premio fue otorgado a una fotografía totalmente hogareña y casual: en el espacio de una casa y seguramente sacada por un allegado. Está bueno mostrar eso y remarcarlo porque en ambos casos -uno con cuidados profesionales y otro, de manera hogareña- el ojo de la persona que hace la fotografía o la toma tiene en claro lo que está bien y lo que quiere mostrar. Lo que significa que el objetivo se logra sin que sea necesario ser un profesional para cumplir con la premisa”, remarcó el fotógrafo Martín González.





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